Tan importante como tu bienestar físico, emocional, profesional, social y espiritual; el ámbito material también forma parte del círculo del bienestar.
De este modo, así como buscamos llevar una vida más activa y promovemos la práctica de hábitos saludables, o trabajamos para construir relaciones positivas y responsables, la gestión de nuestras finanzas personales y el fomento de nuestro crecimiento hacia una independencia económica también son fundamentales.
Claro que para ello debe existir una disciplina y la generación de hábitos importantes que nos garanticen cubrir nuestras necesidades básicas y al mismo tiempo trabajar para fortalecer nuestra estabilidad financiera.
Ahorrar, controlar los gastos, pagar deudas, ganar más dinero, se encuentran dentro de este propósito por conservar una salud financiera como la base de nuestro bienestar material.
En nuestro blog de esta semana te brindamos 5 consejos claves que te ayudarán a gestionar mejor tus finanzas personales propósitos que son clave para mejorar la salud financiera.
La clave es el ahorro
El ahorro es el primer paso para tener una buena situación financiera. Esto nos permite afrontar los imprevistos que puedan surgir de forma más holgada. Pese a que ahorrar debería ser uno de los propósitos más importantes, también suele ser uno de los más difíciles de cumplir, en parte por los sesgos financieros: aquellas decisiones que toma nuestro cerebro automáticamente y que nos empujan a gastar y obtener la recompensa inmediata antes de pensar en el futuro.
Sin embargo, existen pequeños cambios en los hábitos diarios que pueden contribuir al ahorro. Por ejemplo, definir cantidades específicas cada que vez salimos por ejemplo al cine o a juntarnos con amigos, con el fin de no gastar de más. Hacer presupuestos, cancelar suscripciones a servicios innecesarios o elaborar una lista para ir al supermercado, también son útiles herramientas que sumarán para cumplir este propósito.
Disminuir o eliminar las deudas
Existen bienes a los que se suele acceder, de forma general, por medio de financiamiento como, por ejemplo, el caso de la hipoteca para comprar una vivienda o el préstamo para la compra de un coche. Pero, también hay otro tipo de situaciones en las que se recurre al uso de nuestra tarjeta de crédito para adquirir productos o servicios que no son necesarios y que se convierten en una carga económica durante un determinado periodo de tiempo, por ejemplo, adquirir el modelo más reciente de smartphone o pagar las vacaciones de verano, en múltiples y alargadas cuotas, que finalmente terminan por prolongas nuestra situación de endeudamiento. Sea cual sea el motivo, lo importante para gestionar adecuadamente las deudas es tener en cuenta la capacidad de pago y estar preparado ante una situación adversa, como la disminución de los ingresos o un gasto imprevisto.
Por ello, si vamos a asumir compromisos de pago, a que a la larga van a comprometer nuestro presupuesto mensual, lo ideal es evaluar si el bien o servicio es imprescindible o si se pudiera comprar en otro momento, cuando se cuente con el dinero para hacerlo.
Controlar gastos
Cuando nos proponemos comenzar a ahorrar existen diferentes enemigos del ahorro como los gastos que realizamos diariamente casi sin darnos cuenta y que pensamos que debido a su pequeña cuantía no afectan a nuestra economía, esos los gastos hormiga. Se trata, principalmente, de compras prescindibles o innecesarias: tomar un café cada mañana al salir de casa en la cafetería, comer en un restaurante todos los días o la suscripción a un servicio o producto que casi no usamos, entre otras. Al ser cantidades pequeñas suelen pasar desapercibidas, pero si las sumamos pueden convertirse en una parte importante de nuestros gastos del mes.
Lo recomendable para tener bajo control estos gastos hormiga, es en primer lugar reconocerlos y ser conscientes de que existen y que caemos en ellos. De esta manera la próxima vez será más fácil decidir si nos convienen o no. Igualmente, es aconsejable hacer una lista para diferenciar entre nuestras necesidades o prioridades y nuestros caprichos o deseos. Podemos utilizarla, por ejemplo, para ir al supermercado y no gastar de más o en los momentos en los que se presente alguna tentación de compra innecesaria.
Generar ingresos extra
Sumar ingresos adicionales a nuestro salario fijo es también una buena forma de mejorar nuestra salud financiera. Una propuesta podría ser la revisión de todas aquellas cosas que hemos adquirido y que quizás no utilizamos con la frecuencia que pensábamos como la bicicleta estacionaria, que de seguro más de uno adquirió en el confinamiento u otro artículo que ya no utilicemos y que podría representar un ingreso extra, si la ponemos en venta en las plataformas digitales que tenemos a disposición. De esta forma también promovemos un consumo más responsable y contribuimos al cuidado del medioambiente, ya que le estamos dando una segunda vida a dichos objetos.
Planificar antes de gastar
Finalmente, la planificación corona esta receta para curar en salud a nuestro bolsillo y cuenta financiera. Así como no es recomendable gastar por gastar, tampoco se trata de ahorrar por ahorrar; sino de hacerlo de una forma organizada y orientada a la consecución de objetivos. Conocer bien los ingresos y los gastos es el punto de partida para empezar a ordenar las finanzas personales.
Lo recomendable es proponernos metas alcanzables y realistas, ya que no cumplirlas de la forma que esperamos pueden ser contraproducente para otros ámbitos de nuestra salud, causando desmotivación, frustración y abandono de las mismas. Además, es aconsejable revisar cada cierto tiempo el estado de los propósitos con el fin de saber si vamos por buen camino o si es necesario tomar acciones al respecto.
Referencia:
https://www.santander.com/es/stories/propositos-para-mejorar-la-salud-financiera